Papá, ven a pie
Años ha, cuando el Talgo era el no va más de la Eppaña panderetera, había un anuncio que rezaba ‘Papá, ven en tren’.
Hoy, ni en tren, ni en barco, ni en avión, ni en coche, ni tan siquiera en bici porque hasta estas últimas sufren exceso de demanda o defecto de oferta.
Papá no viene en avión porque (como me comentaba mi cuñada) tras dar por perdida su maleta, ésta ha aparecido, con el cierre de combinación forzado y faltando 2 o 3 cosas. Y que eso no es raro porque pasa más de una vez. O sea, pierden tu maleta, te roban, te devuelven la maleta rota y robada y encima no puedes reclamar ni tienes derecho a indemnización. Y eso después de colas en el aeropuerto, retrasos y mal servicio.
Papá tampoco viene en tren porque lo de Renfe es alucinante, a la más mínima la peña se vuelve loca y se ponen a cagarse en tó. Normal, lógico, pues ya se acabó la paciencia que pide una ministra que viene por aquí en plan de vacile (la tenían que embrear, emplumar y correrla a gorrazos).
Papá no viene en coche porque las colas de 70 kms del finde pasado son la punta del iceberg de un contínuo e interminable ‘culebrón' de atascos y de carreteras malas, caras y saturadas. Porque los peajes son una vergüenza que los sucesivos gobiernos permiten alargando las concesiones porque no hay tampoco pasta para montar de hoy para mañana una red de carreteras europea.
Mientras no dejemos de votar a partidos españolistas que quieren que sigamos pagando lo nuestro y lo de los demás, mientras no haya un número de inversiones decente y mientras la locomotora de España siga yendo con carbón…mientras tanto… Papá vendrá a pie.
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