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La esperanza es lo último que se pierde

Robo en las nubes

Robo en las nubes

Después de haber establecido un formidable y eficaz dispositivo recaudatorio en tierra, la DGT va a hacer lo mismo en el aire. Perdón, quería decir que va a mejorar el que tenía en el aire.

Los helicópteros, desde una distancia de 700 mts, podrán filmar a los vehículos que sobrepasen el límite de velocidad. En unos meses, cuando se homologuen los dispositivos, todos los helicópteros de la DGT los incorporarán. Multa gorda, Flannaghan.

A los que superen en más de 80 kilómetros hora la velocidad de una vía interurbana se les impondrá pena de prisión a partir de este otoño. La medida no me parece mal, hay mucho salvaje al volante. Lo que me parece mal es que mientras la carretera está llenita de fotógrafos disfrazados de policías, a ambos lados de ella los chorizos pueden campar a sus anchas. Que se dedica demasiado a recaudar y demasiado poco a prevenir. Que en este puto país de mierda, que tiene los cuerpos policiales que se merece –la mejor policía del mundo, que decían franco y los franquistas- se destinan más y mejores métodos a perseguir al ciudadano que, al fin y al cabo, es el único que si la caga, la paga, que a los verdaderos infractores de la ley. Porque ni los multimillonarios forrados ni los chorizos pelados aportan un duro. Unos se libran de la cárcel a base de pasta y los otros, como no tienen, entran por una puerta y salen por la otra entre risotadas. En la calle hay muchos ladrones de miles de millones y mucho chorizo multireincidente. También hay mucho ciudadano cabreado que paga y paga y si chista le dicen que coja el transporte púbico, ese que nada más cogerlo acaba uno de él hasta más abajo del pubis.

Si de verdad quisieran evitar el exceso de velocidad, limitarían los coches de fábrica y pondrían sistemas de control eficientes, no sólo a nivel recaudatorio. Lo demás es un robo descarado.

Como motero que soy, me hago cruces: es alienante circular con una moto nueva por una mierda de carretera general mal iluminada, mal señalizada, con guardarraíles asesinos, cruces demenciales, baches y pintura resbaladiza y que tengas que andar preocupándote de preparar vaselina si un tipo te retrata a 99 kmsh/h pues te van a meter un puro que te va a doler. Hablo de la N·340 a su paso por Bellvei. Una de tantas, por supuesto. Porque la policía y las carreteras de este país no sólo están a la par en calidad sino que, además, nos cuestan dinero.

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