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La esperanza es lo último que se pierde

MEDUSAS A GRANEL

MEDUSAS A GRANEL
El domingo pasado decidí darme un bañito en la playa. Normalmente en agosto casi no voy. Aparte de porque puedo disfrutarla cuando me plazca porque vivo todo el año cerca del mar, también porque este mes suele estar el agua caliente, removida (léase sucia) y la arena igual, sólo que en el agua hay alguna medusa y en la arena hay todo tipo de fauna (humana, se entiende) peor que las medusas y más numerosa. Al menos a mí me irritan más éstos que las medusas.

Esta vez aluciné porque el agua parecía un caldo. Había medusas, algas y el agua estaba caliente, además de sucia. Unos chavales sacaban una bolsa llena de medusas. El baño duró 2 minutos y no volveré hasta septiembre, cuando se haya ido la marabunta que colorea el agua con protectós solá, orines y alguna otra sorpresa encuadrada dentro del espectro de la tonalidad marrón.

Hace algo más de 30 años, época que que puedo recordar con precisión, nada más entrar en el agua, que solía estar bastante fresquita en pleno mes de agosto, encontrabas pececitos y podías coger "petxines" en la misma orilla -había quien empezaba con ellas su particular vermut-. A poco que ibas hacia dentro, a un par de metros de profundidad, veías el fondo marino lleno de estrellas de mar, zonas removidas donde había algún pez escondido esperando a algún congénere incauto, y muchos peces de tamaño mayor que los de la orilla nadando a sus anchas. Y medusas, lo que se dice haber, había, pero pocas y esporádicamente. Y el agua, desde luego,era muy clara y más verde que hoy (verde yodo, no verde kaka espinaka).

Ya no hay estrellas de mar, petxines ni pececitos y lo único que hay en el fondo esperando a algún incauto es un pegote de alquitrán.

Desde entonces, (1972) a Segur de Calafell le han obsequiado con unos dudosos regalos como un puerto deportivo que fue una desgracia, que se cargó la línea de costa. También con una especulación inmobiliaria que se llevó por delante la inicialmente llamada ciudad jardín que yo llegué a conocer, tanto que hoy día se tiran abajo casas para hacer bloques de apartamentos a precios de oro. La playa de hoy nada tiene que ver con la de hace 30 años. El pueblo, o lo que sea ésto, tampoco. El turismo, mejor no hablar. Ya casi no hay extranjeros, habrán ido a descubrir otras zonas que no estén destrozadas.

Pero Segur es un pequeño ejemplo que muestra a pequeña escala lo que ocurre a una mucho mayor. Lo que está ocurriendo ahora, falta de lluvias, agua marina caliente por efecto del vapor que hace de invernadero, bancos de medusas que hacen que la gente decida no bañarse, ausencia de peces, estrellas y "petxines", no es más que el producto de la acción del hombre que no sabe vivir de acuerdo con la naturaleza. Y la naturaleza se defiende, desde luego. Se defiende del efecto invernadero y de la pesca incontrolada. Se defiende dejando de dar.

Porque todo cambia aunque aún haya quien diga que no, porque le interese decir que no, he buscado información sobre todo ésto y he leído a Daniel Pauly, biólogo marino y uno de los científicos más influyentes hoy día, que habla sobre la pesca incontrolada y sobre los efectos en la cadena trófica. Al final, al paso que vamos, en algunos años sólo habrá medusas porque nos estamos cargando todo el ecosistema marino. Ya ocurre en zonas de Africa y Canadá.

Bueno, no sé si llegaré a ver ésto o estaré ya criando malvas, pero desde luego que a medida que voy cumpliendo años, lo único que percibo claramente es que todo va a más... o a menos.

No quiero imaginar el resultado de 30 años más con esta progresión.

Da grima hacerlo.

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