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La esperanza es lo último que se pierde

Terminator sigue matando

Terminator sigue matando

Hoy es un buen día para morir

Parafraseando a Chief Dan George en Little Big Man.

Son las últimas palabras de Clarence Ray Allen antes de ser ejecutado


Chuache, aunque algunos lo llaman gobernador Schwarzenegger y otros cabronazo, a secas, se está cubriendo de gloria en el cargo de gobernador de California.

Cuando leo cosas como ésta, me da grima ver que el señorito Chuache aún no ha dejado de matar malos malosos y debe seguir creyendo que está en una de sus nefastas películas (que todo el mundo ha visto) impartiendo justicia a base de hostias. Allen era indio, con poca pasta y malos abogados. Lo necesario para ser ejecutado en los USA tras pasarse media vida en el corredor de la muerte.

El Conan de marras, tras cubrirse de gloria al ratificar la pena de muerte para "Tookie" Williams, un preso totalmente rehabilitado, candidato al nobel de la paz, que trabajaba en pro de la pacificación de las bandas (crips, bloods, etc) ahora ha ratificado la sentencia de muerte, ejecutada hoy, para Clarence R. Allen, preso del corredor de la muerte desde 1982, viejo, enfermo, ciego, paralítico y nada peligroso socialmente a sus 76 años y 1 minuto. Lo del minuto no es cachondeo; se lo han cargado el día de su cumpleaños, en la misma hora que nació y eso no es lo más macabro. Lo macabro de veras es que hace unos años sufrió un infarto del que le salvaron los mismos médicos que ahora le han ejecutado. Surrealista, alucinante y demencial. Al estilo Chuache, desde luego.

Allen no era ningún angelito, desde la misma cárcel hizo ejecutar a otras personas. Aparte de que la seguridad en la cárcel queda en entredicho, lo que me planteo es qué demonios de derecho tiene ningún estado, gobierno o gobernador de pacotilla a quitarle la vida a nadie por malo que sea. Lo que más me revienta es que gentuza como el Chuache, que asiste regularmente a misa, donde se predica la caridad cristiana, no duda en firmar para que a otro le quiten la vida, para que se le deniegue la clemencia.

Chuache, con Donald Beardslee, Tookie y Allen ya lleva tres denegaciones de clemencia en su haber de asesinatos legales.

Consuela un poco saber que los austríacos, en Graz, ciudad natal del terminator, al que le dedicaron el estadio de fútbol, han decidido retirar el nombre Arnold S. Stadium y lo han vuelto a rebautizar como Stadium Graz Liebenau y están planteándose el cierre del museo con todo el atrezzo de las infames películas del ex mister universo, sólo por la vergüenza que sienten de que ese individuo sea paisano suyo. Mientras los yankees aplauden al ’ejecutor’, los austríacos dan una lección de respeto y vergüenza ajena.

No consuela nada pensar que las elecciones a gobernador de California se dirimían entre un enano de circo, una exprostituta y bailarina porno, un millonario corrupto, un político aún más corrupto y un actor ultraconservador, más conservador que actor. Lo triste es que acabe mandando el menos malo de una serie de opciones penosas. Así les va. Así nos va.

Hasta la vista, baby.

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