Cambio Radical
"Mi pareja no me dejará"
"Podré volver a ir a la playa"
"Podré reir"
"Sandra vive en Sabadell y tiene 28 años. Trabaja en una empresa empaquetando revistas y lleva cinco años viviendo con Paco, su actual pareja. Sandra es una persona muy insegura y teme que Paco la deje por otra persona más guapa, pues no ha sido la primera vez que esto le sucedía".
Estos textos aparecen en la web de A3 promocionando un gran programa de vómitos: Cambio Radical, copia del americano (cómo no) Extreme Makeover, donde se 'solucionan' los problemas de la gentuza gracias a la cirugía estética. Se opera todo menos el cerebro.
A Sandra, su novio Paco le propuso matrimonio ante las cámaras después de que a ella la liposuccionaran y le operaran los dientes, la nariz y los ojos, entre otras muchas modificaciones físicas. Toda una artimaña publicitaria y una declaración de resultados frente a audiencias subnormales. Al Paco este le gustarán otras cosas, pero no le gusta Sandra, aunque tampoco pasa nada pues la propia Sandra no se gusta a si misma. Todo un principio para una relación.
Sandra no acudirá a un psicólogo ni tratará de leer y aprender para terminar descubriendo de dónde viene esa inseguridad que forma parte de ella por mucho que la quiera disimular. El tiempo hará que a esa tal Sandra nuevamente se le caigan las tetas, el culo y los dientes; que se le vuelva a hinchar el vientre y entonces no sólo volverá a ser lo que era físicamente, sólo que algo más mayor y bastante arrugada, sino que además seguirá siendo una inculta de tomo y lomo. Y contra lo último no hay cirugía que valga. El descerebre crónico king size no se soluciona con bisturí.
La función de la tv es entretener pero no embrutecer. Pero sucede que es totalmente lo contrario. Con programas de este tipo se ha pasado el listón de la mierda de una competición que inició Nieves Herrero hace ya algunos años en Alcasser. A ver quién da más.
Finalmente, la OMC (Organización Médica Colegial ) ha emitido un comunicado sobre semejante birria televisiva, advirtiendo del daño que puede llegar a ocasionar:
Declaración de la Comisión Permanente y la Comisión Central de Deontología del CGCOM
30 de marzo de 2007. Con ocasión del programa de televisión “Cambio Radical” cuya emisión acaba de iniciar Antena 3, la Comisión Permanente y la Comisión Central de Deontología del Consejo General de Colegios de Médicos desean hacer las siguientes consideraciones:
1. El interés que las cuestiones de salud suscitan en la sociedad se ha asociado a un considerable incremento de las audiencias de los programas con estos contenidos. Esto tiene una indudable dimensión positiva, en la medida que contribuye a mejorar la información y, sobre todo, la formación de los ciudadanos en el cuidado de su salud. Sin embargo, no se pueden ignorar los efectos secundarios y el daño que producen informaciones inadecuadas, sesgadas o indiscriminadas sobre cuestiones médicas.
2. Por esta razón, los profesionales de la medicina, al colaborar con los medios de comunicación, tienen un deber deontológico de objetividad y prudencia. Esto exige la especial responsabilidad de no promover un concepto consumista de la salud, evitando despertar falsas esperanzas o propagar conceptos infundados.
3. De igual modo, el médico debe ponderar las consecuencias de su intervención en un medio de comunicación de audiencia general y tener muy presente que ante la cámara o un micrófono puede resultar improcedente manifestar lo que sí sería adecuado en una consulta médica frente a un paciente cuyas condiciones psicológicas pueden ser exploradas adecuadamente. De esto se debe deducir un criterio muy restrictivo para participar en programas sensacionalistas, haciéndolo desaconsejable cuando se puede contribuir a difundir conceptos como el culto al cuerpo o la frivolización de la cirugía, que pueden dañar a personas especialmente vulnerables, como ya se ha comprobado.
4. Hacemos un llamamiento a los responsables de los medios de comunicación, y en este momento a Antena 3, para que tomen conciencia de la gran contribución que tantas veces han realizado mediante informaciones prudentes y razonables sobre salud. Pero al mismo tiempo ahora debemos criticar la instrumentalización de la medicina en un espectáculo poco respetuoso con la dignidad de las personas.
5. Por último, ponemos en duda la validez del consentimiento en pacientes que reciben un tratamiento médico gratuito a cambio de participar en un espectáculo mediático que rompe la tradicional intimidad y confidencialidad que debe rodear el ejercicio de la medicina.
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