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La esperanza es lo último que se pierde

Al asilo

Al asilo. Que lo manden al asilo de una puta vez.

Increíble. Ratzinger se ha superado. No bien ha terminado de meterse con Darwin y calificar la ciencia como ideología, mezclar lo intangible con lo científico, decir 4 barbaridades y quedarse tan ancho y ya vuelve a vomitar porquería por la boca el ratzinger de las narices.

Ahí va esa perla:

"Muéstrame también aquello que Mahoma ha traido de nuevo y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba".

[cambia Mahoma por otro nombre y esta misma frase se puede aplicar a la iglesia católica de nuestra guerra civil, sin ir más lejos]

Respuesta de los islamistas radicales: como gente civilizada y religiosa que son, pues queman iglesias, matan a una religiosa a tiros en Somalia (siempre pagan los que menos culpa tienen), amenazan de muerte al papa, quema de imágenes religiosas en general y del fachinguer en particular, protestas en las calles de exaltados flipados, etc. ¿Qué esperaba? Si por unas caricaturas de un dibujante cualquiera muestran toda su intolerancia, qué no iban a decir tras unas declaraciones del máximo representante de la iglesia catódica (dejó de ser católica con John Player II, el mediático).

"Se han sacado de contexto", "es una cita medieval", "no es lo que pienso"... vaya, suena tan falso como un político pidiendo disculpas tras meter la gamba hasta el fondo y tratando de decir Diego en vez de Digo. Ya te digo, Diego.

Cielos. Las cruzadas acabaron hace siglos, pero unos no se enteran y los otros no se quieren enterar. Incluso he leido a Pilar Rahola defender la libertad de expresión del papa-ratzi frente a la intorencia islamista. Y una mierda. Las cuestiones religiosas son lo peor de lo peor de este planeta. No me pongo a enumerar las barbaridades que se han cometido -y cometen- en el nombre de uno u otro dios. No habría espacio en este blog. No es cuestión de libertad de expresión. Es cuestión, sencillamente, de que los representantes de lo intangible deben estar a lo suyo, pasando de los que no creen en ellos y no intentando dirigir la vida de nadie, no dividiendo el mundo entre buenos y malos sino tratando de unirlo. Y, desde luego, cada oveja con su pareja, si ya no debieran -por ejemplo- meterse en cómo, donde y con quien follan los no creyentes aún menos debieran andar opinando sobre otras religiones. Y esto vale para tod@s, porque ya le han costado millones de vidas a la raza humana las guerras religiosas.

Ya que no saben estar calladitos y a lo suyo, y eso que son mayorcitos (precisamente es que son demasiado mayorcitos), al papa este, a los imanes locos y a los fanáticos de todo signo religioso hay que meterlos en algún lugar donde no puedan hacer más daño. No por coartar su libertad de expresión, simplemente para que no maten más gente. Porque no es necesario empuñar físicamente el arma para matar a alguien. Basta que un ayatollah inculto suelte una fatwa, que un papa diga que está siendo atacada la fe cristiana, para que aprezcan 100mil subnormales dispuestos a morir matando. ¿Mártires? No, hijos de puta. Con perdón para los hijos de puta, que siempre se la cargan sin venir a cuento.

(Yo sigo pensando que el problema base de todos estos tipos es que como supuestamente no follan, ni lo han hecho ni tienen expectativas de hacerlo, es normal que estén de mala leche y diciendo barbaridades)

Todo hombre tiene su derecho a tener (o no) su religión y a practicarla sin pisotear o menospreciar a otros porque tengan diferente creencia o, simplemente, porque no la tengan. Y desde luego, lo que no hay derecho es que muera gente por la religión. No recuerdo quién dijo que se puede morir por una idea, pero nunca matar por ella. Eso lo han olvidado los que empuñan un arma y los que les dan alas para usarla en nombre de cualquier dios.

Con lo fácil que es pensar lo que se va a decir y entonces quedarse calladito... Al papa mazinger le recordaría un dicho árabe, nunca mejor, que dice que Alá nos dió un par de orejas para escuchar y sólo una boca para hablar.

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