EL BOOM DEL TRANSISTOR
Durante los días en que aquella simple gripe se transformó en muerte, en la España de pandereta pendiente de los partes del "equipo médico habitual" se produjo una sensación parecida a la que hay ahora en Cuba.
"Que si se muere, que si no es nada, que éste dura cien años, ¿sacamos el champagne o no?, espera a ver qué pasa", etc. Y todo el mundo, por la calle, pegadito al transistor. (aún conservo uno de esos 'tochos' y verlo ya trae mil recuerdos). Se llamó a esos días "el boom del transistor".
Todo pasó con el máximo secretismo, buscando tiempo de preparar cambios. No sé. Fue bastante patético. Al ver unos años después las fotos de la larga agonía, quedaba claro que lo habrían mantenido con vida como fuera hasta tenerlo todo "atado y bien atado". Pero fue el final que merecía un cabronazo como aquel militar asesino y golpista que sumió a este país en un retraso que aún perdura en muchas cosas.
Lo que ocurre en Cuba me ha recordado a aquella época gris, o en blanco y negro. A pesar de ser un chaval, recuerdo perfectamente todo aquello, la voz de radio "noasioná dejpaña" con aquella musiquita de introducción (que debe estar grabada a fuego en las mentes de los que tenemos más de 40) que precedía a los partes médicos del "equipo médico habitual", al villaverde (con minúscula) yendo de ways y al final, muy al final, pero final al fin y al cabo, la música clásica, un "ay ay ay" en el ambiente, días de fiesta en el cole sin salir a la calle y, luego, esta pantomima de democracia.
No sé qué será de Cuba cuando palme el dictador. Pero va siendo hora de que por fin disfruten de libertad para hacer lo que les dé la gana y no la libertad que imponga la revolución.
Siempre es igual, las revoluciones empiezan luchando contra algo que al final acaban imponiendo ellas mismas aunque lo llamen de otra forma. Y no es por el concepto de la revolución en sí, sino porque las revoluciones las pelean personas decentes como fue Ernesto Guevara y cuando triunfan quedan en manos de tipejos indecentes, como es Fidel Castro.
Castro es alguien que ha ido perpetuándose en el poder, incumpliendo promesas día tras día, convirtiendo su lucha contra los uesei en un tema personal que al final han pagado los de siempre, los que menos tienen. Si tanto quisiera a sus 'cubanitos' haría tiempo que se habría ido a tomar por el culo, habría dado motivos y pasos para evitar tanto embargo (que también vaya webos los americanos) y de paso no habría presos políticos en las cárceles cubanas. Algo parecido a Franco, que quiso y trató de salvar a este país de todo menos de sí mismo, y así nos fue.
Me da igual un Bush que un Castro. Los dos son unos hijoputas integrales. Los dos deberían sufrir, lo antes posible, una gripe como la que le ocurrió a éste país durante el "boom del transistor". Aunque hoy día, la mayoría andaríamos pegados a internet más que a un transistor
Cuba merece algo mejor.
Algo peor se me antoja imposible.
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