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La esperanza es lo último que se pierde

Taxi Driver

 

Sale Pujol –que va teniendo una edad- diciendo que a un amigo suyo lo echaron de un taxi en Madrit al oirlo hablar en catalán por el móvil.

Historias de porteras. Es bien sabido que buena parte de los taxistas madrileños llevan la COPE puesta todo el santo día y son más papistas que el papa. Una emisora que se refiere a Catalunya siempre en términos denigrantes y lanza falsedades que son bien recibidas en un gremio de bajo nivel cultural.

Ahora bien, la respuesta no puede ser igual de zafia i “barroera” y menos viniendo de un expresident.

Hace años, cuando yo era un tipo que vivía respetablmente en pecado, a mi mujer de entonces y a mí, en Madrit, nos tocó viajar con dos taxistas. Uno, que nos oyó hablar en catalán y dijo algo así como “Pushol no, pujol” pronunciado con la fonética castellana y empezó a despotricar de los independentistas, los separatistas y la madre que los parió. Así que acabó pronto su carrera y preferí darle a otro mi dinero catalán porque a nadie le gusta pagar para ir escuchando a un energúmeno cerebro de mosquito con nula capacidad de raciocinio lanzando consignas aprendidas de memoria. El siguiente taxista nos oyó hablar catalán, nos habló de Barcelona pero, sobretodo, lo hizo de su ciudad, de los rincones más curiosos, y nos dejó en el Teatro Real, nos recomendo un buen restaurante donde cenamos de fábula y visitamos un par de sitios de los que nos había hablado. Al primer taxista hay que quitarle la licencia, meterlo en una jaula y echarle de comer aparte. Al segundo hay que darle bonos de gasolina gratis cada día, porque de todo hay en todas partes pero normalmente es un taxista casi lo primero que te encuentras al salir de un aeropuerto. Y tanto hay taxistas imbéciles como politicos interesados en explicar batallitas que sólo llevan a intentar distraer de problemas reales que son producto de la mala gestión que hicieron ellos en su momento.

Porque, y eso lo dejaba para el final, al taxista que peor he oido hablar de los catalanes fue a uno que me llevó del Prat a Barcelona. La expresión “es que esos catalanes…” de alguien que vive y se gana la vida aquí es síntoma de que hay mucho enfermo inadaptado suelto.

En un curso de marketing que hice en Vitoria hace ya 20 años un tipo llamado José Luis Aramburu, un visionario de la sociología y la publicidad llegado de USA para darnos unas clases nos dijo ¡¡cuidado, por 9 buenos clientes siempre hay un décimo malo, y uno solo hace más daño que bien los otros 9 juntos!!. Y todo esto lo dice un catalán independentista como yo, a quien le encanta Madrid de día y de noche (sobretodo de noche) y que nunca boicotearía el cocido ni los callos a la madrileña. Porque en todas partes hay cosas buenas. Y malas. Pero las malas hacen más ruido.


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