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La esperanza es lo último que se pierde

75 años

75 años

de algo que pudo ser y no fue

de algo que unos asesinos golpistas se encargaron de terminar

75 años y a ver los que pasan hasta que la monarquía impuesta por franco abandone este país 

Hoy se cumplen 75 años de la proclamación de la Segunda República. A las tres de la tarde de esa jornada se izó en Madrid -sobre el Palacio de Comunicaciones- la primera bandera republicana. La II República intentó un cambio total de sociedad, pero tal vez a un ritmo excesivo para la historia... para la historia de España, claro, llena de borbones, amigos del sable y otra chusma que más bien poco ha hecho por la cultura y el progreso.

Paul Preston:

"Se puede afirmar que la República sació, empezó a saciar, el hambre de cultura que los españoles habían acumulado durante los siglos pasados".

Preston destaca "la igualdad legal y social conseguida para las mujeres"; "la dignidad alcanzada por las clases trabajadoras y campesinas, el inmenso esfuerzo en la alfabetización"; "las energías y las inversiones volcadas en la creación de escuelas e institutos". El británico concluye que -sin embargo- "sus logros fueron las mismas cosas que causaron su fracaso".

"La República queda en el recuerdo como un intento de reforma -intento, porque no pudo consolidarse- muy profunda, que lo tocó todo: la propiedad de la tierra, el ejército, la política educativa, las relaciones hombre-mujer, la división iglesia-estado", dice Santos Juliá, Premio Nacional de Historia del pasado año.

Lo peor: la política de orden público, la incapacidad de los gobiernos republicanos para estabilizar ese orden público, especialmente en determinados momentos, por ejemplo en la primavera de 1936. Ese desgaste del orden público erosionó profundamente la legitimidad de la República".

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