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La esperanza es lo último que se pierde

Que no vendo, con-nio

Que no vendo, con-nio

En China se empieza a reconocer la propiedad privada.

En China llaman casas clavo a las casas que uno se niega a vender. Este es un buen ejemplo.

Y el señor Yang-Wu, que en celtíbero podría ser un Juan García cualquiera, es uno de esos que dicen que no vende su propiedad.

Así que las excavadoras se pusieron en marcha, le cortaron la luz, el agua, el gas (en chino, haciendo el chiste fácil, chin-lú, chinagua, chin-ná), le han hecho un foso de 10 metros alrededor de su casa y todo para practicar el nuevo deporte de moda en Barcelona, el mobbing inmobiliario extremo.

Pero nada. El tío erre que erre ha conseguido que haya un movimiento solidario a su favor y le lleven bombonas de gas, le suministren agua en garrafas y hasta comida le traen a casa.

Este es uno de esos casos en que, simplemente viendo una imagen, ya te despierta simpatía.

 

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