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La esperanza es lo último que se pierde

La mesa está servida. Pasen y sírvanse...

La mesa está servida. Pasen y sírvanse...
La alcaldesa de Zaidin (Huesca), de cuyo nombre puedo olvidarme, ha prohibido a los no autóctonos que vayan a la cena que ofrece el ayuntamiento a los vecinos del pueblo como cierre de las fiestas patronales. Autóctonos, o sea, los no nacidos allí. Más que nada porque se habían apuntado 500 inmigrantes y no había cazuela para tantos.
El hecho es justificado con esta lapidaria frase:
"Estamos viviendo una situación en España que todos conocemos. No nos hagamos los sordos. No hagamos tanta demagogia. Hay que poner control"
Lo que pasa es que los inmigrantes que se habían apuntado también viven enel pueblo y pagan sus impuestos...
Su partido, el PAR (Partido Aragonés) flipa. Yo más.

Esta ¿buena? mujer ha confundido con su comedor privado el ayuntamiento, que en teoría es de todos, trabaja para todos y todos contribuyen con sus impuestos a que funcione (excepto en Marbella). Supongo que la comida, que paga el ayuntamiento, sólo lo hará con los impuestos recaudados a los autóctonos ¿o no?. No.

Una cosa es que tiene razón, toda o casi toda, sobre ciertos aspectos de la inmigración que no son deseables, porque nos llega una inmigración sin formación, sin control y, desde luego, dispuesta a lo que sea con tal de sobrevivir, legal o no. Si esta buena mujer se refiere a algunas cosas que veo y me sacan de quicio, estoy con ella. Pero que utilice el ayuntamiento para hacer su santa voluntad, en cualquier país mínimamente decente, es motivo de dejar la alcaldía e irse a pastar al monte con las cabras.

Hasta ahí bien.

El resto, esa "situación que todos conocemos" es la que comparto cada vez más. No me lío a hablar mucho de exigidores de mezquitas, que ya me sobran curas e iglesias y más aún mezquitas; ni de los que pasan de pagar billete de tren y metro, los que se libran con un "nontiendu", los que montan sus ghettos, los que vienen a mangar; las gordas cantarinas de renfe que llevan niños drogados y famélicos y te cascan su retahíla de insoportables mentiras "refuchiada de Dumanía" ¿de qué guerra, oiga?, los que no cotizan a hacienda ni a tiros, los que se llevan a su casa el mobiliario urbano y el de los demás, los que se meten cada verano 20 horas de autopista con vehículos viejos y sobrecargados pasando de cualquier norma de seguridad, los que dicen que 'mi tierra es la mejor' y se ganan el pan en otra, los que...
No, avui no toca, que diría Pujol.

¿Qué ésto no lo hacen los autóctonos? Claro que sí. Pero no hacen falta más para sumarse al sarao. Vamos sobrados de lumpen en este país.

Pero lo que más me ha cabreado últimamente es leer que los Latin Kings se transformen en asociación cultural y sólo por eso vayan a recibir subvenciones. Yo no llevo 24 años cotizando para esta mierda. Ah, no, oiga, que así evitamos la violencia. Vale. Me liaré a hacer el mangui y luego montaré mi asosiasión kulturás, a ver qué me dan. Ronnie Tapias debe estar dando saltos de alegría en su tumba y sus padres imagino que también. Ronnie Tapias es, era, un buen chaval hijo de inmigrantes al que se cargaron los latins en la puerta del colegio al confundirlo con otro. Al otro no sé si se lo han cargado ya o salió por piernas hasta Pernambuco. Hasta ahora la asociación cultural de un tipo con más antecedentes de asesinato era la de Francisco Franco, asesino donde los haya. No entiendo lo de asociación "cultural".

En definitiva, me cabrea lo mismo que vengan a delinquir y no se quieran integrar como el hecho de que, además, haya quien no quiera que se integren. Esto vulnera el derecho a la convivencia tanto como las actuaciones de la alcaldesa... o más. La alcaldesa ha tratado de poner un poco de control pero se ha equivocado en cómo y dónde. En lo demás, tiene una gran parte de razón.

Pienso que bienvenido sea el que venga a trabajar e integrarse. Hace 40 años eran los españoles los inmigrantes. Pero negar u obviar todo lo demás, eso sí sería demagogia.

Soy clasista.  

¿y qué?


Aunque nunca iría a la cena del ayuntamiento de Zaidín, si me invitan a una cena no exijo qué quiero cenar. Como mínimo llevo el vino. Y del bueno.
Si voy a un restaurante, pago. No espero que alguien me sirva de gratis.
Y, desde luego, en cualquier caso nunca robo los cubiertos.

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