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La esperanza es lo último que se pierde

Eurotostón

Uno de los anacronismos, mayor aún que la infausta casa real, es el festival de eurotostón. Ya en los tiempos del blanco y negro, con José Luis Uribarri, era un rollo bastante insoportable, que alcanzó las mayores cotas de impresentabilidad y ejpaña cañí cuando a Serrat no lo dejaron cantar en catalán y -oh, qué casualidad- ganó Massiel con el "la,la,la".

 

Hace unos años Austria estuvo representada por un tipo llamado Alf Poier, que llevaba una estética impresentable pero es un artista galardonado por su trabajo en el mundo de la comedia y bastante crítico con muchos aspecto del stablishment. 

 

 


 


Tras aquello uno pensaba "bueno, esto no lo supera nadie". Pero sí. La Eppañacañí, la de la pandereta, la peineta, el toro y la O con un canuto, existe, es cada vez mayor y encima se enorgullece de serlo. Este es el pavo que va a ir a eurotostón... (el gilipollas).

 

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