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La esperanza es lo último que se pierde

El Método Ostiavill

El Método Ostiavill

Manifa de los mossos en contra del conseller Saura.

Los mismos que, siguiendo el método del doctor Ostiavill, van a repartir ostias a los que se manifiestan por derechos o demandas laborales - que eso sí que es para manifestarse- han hecho una mani en la que reclaman la dimisión de Saura. No es una manifestación con una motivación laboral ni mucho menos. Simplemente quieren que dimita alguien que ha mostrado máxima transparencia hacia los ciudadanos que, al fin y al cabo, somos los que pagamos el sueldo de los mossos -que no son precisamente unos mileuristas- y les cedemos el derecho a portar armas -de las que algunos hacen mal uso-. Los ciudadanos a los que luego vienen a dar de palos en algunas manifestaciones más que justificadas y, tal vez sea una sensación mía, pero me parece que recibe más palos el ciudadano a base de sanciones que los kiyos que andan por ahí sueltos y todo les da lo mismo porque tienen poco que perder. Me alegro de que salga a la luz lo que ocurre en la comisaría de Les Corts.

Encima los mossos se quejan de que eso daña su imagen. No, tan sólo daña la imagen de los hijoputas que ostian a la gente sin derecho y a escondidas. Y no daña la imagen mostrarlo, todo lo contrario; lo que daña la imagen es pedir que no se vean esas imágenes, que no se sepa nada, pedir que eso se esconda por motivos de imagen. Es una sutil diferencia, pero demuestra de qué pie calzan los más de 4 mil que se manifestaron ayer. Habría que echarlos del cuerpo. Esa miserable manifestación corporativista va en contra de que se denuncien los malos tratos, en contra de la democracia y de una policía transparente que es lo que desean los que la pagan. Ya hubo 40 años de una policía franquista, opaca, opresora y torturadora. No hace falta otra más.

Alguien que tiene que hacer cumplir la ley ha de ser el primero en respetarla. Parece que eso se les ha olvidado por completo a los que se manifiestan, tanto o más que a los que reparten ostias creyéndose impunes.

Las imágenes mejor que más palabras.

 

 

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