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La esperanza es lo último que se pierde

La era atómica

La era atómica

Hoy se cumplen 61 años de la salvajada más grande que han hecho los Uesei (obviando el hecho de haber votado a Bush nuevamente, claro).

61 años del lanzamiento de la primera bomba atómica

 

Hace 1 año, por estas fechas, estuve buscando documentación sobre esta salvajada que dió inició a la era atómica. Entonces se cumplía una cifra redonda, 60 años, de la masacre más rápida de la historia, en la que en un par de segundos dejaron de existir cien mil personas, civiles. Y el efecto de ese par de segundos aún dura en forma de problemas de todo tipo en los descendientes de los que sobrevivieron a aquella desgracia.

Cuando explotó la primera bomba, el comandante del Enola Gay exclamó: "My God, what have we done?" (Dios mío, que hemos hecho?).

El hecho es que el lanzamiento de la bomba, a pesar de la insistencia de los libros de historia y de los políticos de entonces y algunos de ahora, tiene algunos puntos negros que, como sucede con todos los puntos negros al pasar el tiempo, ahora no son tan negros y sí un poquito más claros al ir desclasificando información. (Quién sabe qué se descubrirá en el 2033, cuando se desclasifiquen algunos documentos sobre el asesinato de Kennedy, 70 años después). Normalmente se desclasifica información cuando ya no se le puede meter una jartá de ostias a los responsables porque ya están criando malvas.

Lo cierto es que los uesei no tiraron la bomba para evitar más bajas aliadas en una guerra que ya tenían ganada. El eje Berlín-Roma-Tokio estaba roto, la moral de los pocos resistentes era bajísima y Japón estaba solo contra todos. Esa enorme patraña no se sostiene.

Si querían hacer una demostración de fuerza sólo tenían que haberla lanzado en el litoral. La luz, la vibración, el ruido y, finalmente, el humo de un hongo atómico se puede ver y percibir desde muchos kilómetros de distancia. Ni era necesario hacerlo sobre una ciudad y, menos aún, en una que estaba llena de civiles que no tenían la culpa de que allí, en Hiroshima, hubiese arsenales militares (la típica excusa). Claro, como en el resto de las ciudades de un país en guerra, no te jode. Una demostración del poder de una bomba atómica no bastó, no, lo hicieron también con pocos días de diferencia y sobre población civil en Nagasaki.

Japón estuvo intentando negociar la rendición, poniendo como 'conditio sine qua non' que se respetase la figura del emperador y que no perdiesen sus territorios originales. A esto no se dijo que no, sino que se hizo caso omiso, se lanzaron las bombas y los uesei consiguieron así algo que les interesaba muy mucho. Demostrar a la hoy extinta URSS que ellos tenían la sartén porel mango en lo que a matar gente en un plisplas se refería. Lo que vino luego, la escalada de arsenales, en una demencial carrera por tener un mayor arsenal nuclear y demás barbaridades, es de sobras conocido. Hubo, y hay, bombas para aniquilar a toda la población mundial varias veces. Con una vez ya sobra, pero están los militares así de locos. Debe ser que tienen la picha corta.

Hoy veo que se hacen memoriales para que aquello no se vuelva a producir, para que el poder de las armas no se imponga al diálogo y el entendimiento. No sé cómo no se les cae la cara de vergüenza a los políticos asistentes al pronunciar esas palabras. Y más viendo lo que sucede ahora en Líbano, donde sólo hablan las bombas y los putos políticos yankees aplauden el "derecho a defenderse" de Israel frente al terrorismo. Encima, si dices que los israelíes son unos hijos de puta, te pueden tildar de antisemita. He leido por ahí un buen ejemplo: es como si, hace 25 años, cuando Francia daba cobijo a los etarras, España le hubiese declarado la guerra (aparte de la de ostias que nos iba a meter el ejército francés la cara de todos habría sido de pasmo general). Pues lo mismo.

Soy de los que piensan que cuando se cometió la barbarie en que cayeron las torres gemelas, pagaron justos por pecadores, pero por primera vez recibieron los estados unidos una muestra de lo que andan haciendo ellos por el resto del mundo. Y cuando se recibe el palo en carne propia, entonces resulta que duele. Y mucho. Pero en vez de entenderlo y sacar conclusiones, la reacción es al más puro estilo cowboy "Se van a enterar éstos de lo que vale un peine (o un misil, oiga)".

Y ala, a seguir tirando bombas por todas partes. La diferencia es que ahora no se tira una bomba atómica porque es probable que no quedara nadie para contarlo en ningún bando. El comandante del Enola Gay diría, si viviera, ¿Qué estamos haciendo?

 

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